About

About NIDO

For over 15 years, I’ve worked at the crossroads of creativity, cultural partnership, and deep psychological attunement.

My work in Panama began with small cooperatives—intimate, community-rooted collaborations built not just on trust, but on time, listening, and care. From these early threads, I’ve helped shape larger, longer-term partnerships with Indigenous and Campesino women—rooted in sustainable design, ethical commerce, and something deeper: relational repair.

With a background in psychology and trauma-informed practice, I bring a lens that’s rare in the world of artisan work. I understand that trust isn’t a contract. It’s a field—subtle, layered, and earned. The ability to bridge across emotional, cultural, and logistical divides has been central to building what didn’t previously exist: a structure for creative reciprocity that honors both lineage and innovation.

NIDO is part studio, part marketplace, and part vessel.
A place for textiles, yes—but also for memory, signal, and the quiet power of things made with intention.

That’s why, on occasion, you’ll also find reflections from my therapy practice woven into this space.
Because the relational healing required to build these pieces isn’t separate from the knowledge that made them possible.

They live together—stitch by stitch, field by field.


Acerca de

Desde hace más de 15 años, trabajo en la intersección entre la creatividad, la colaboración cultural y la profundidad psicológica.

Mi trabajo en Panamá comenzó con pequeñas cooperativas: colaboraciones íntimas y comunitarias construidas no solo sobre la confianza, sino sobre el tiempo, la escucha y el cuidado. A partir de esos primeros hilos, he ayudado a dar forma a colaboraciones más amplias y duraderas con mujeres indígenas y campesinas—basadas en diseño sostenible, comercio ético y algo más profundo: la reparación relacional.

Con una formación en psicología y una práctica informada por el trauma, ofrezco una mirada poco común en el mundo del trabajo artesanal. Sé que la confianza no es un contrato. Es un campo: sutil, estratificado y ganado. Poder tender puentes entre lo emocional, lo cultural y lo logístico ha sido clave para construir lo que antes no existía: una estructura de reciprocidad creativa que honra tanto la herencia como la innovación.

NIDO es parte estudio, parte mercado y parte contenedor.
Un lugar para textiles, sí—pero también para la memoria, el campo, y el poder silencioso de las cosas hechas con intención.

Por eso, de vez en cuando, también encontrarás reflexiones de mi mundo terapéutico entretejidas en este espacio.
Porque la sanación relacional que se necesita para construir estas piezas no está separada del conocimiento que las hizo posibles.

Viven juntas—puntada por puntada, campo por campo.