Trazando Mi Camino: Pasión por la Moda y Raíces Culturales en Panamá

Desde mi infancia en Panamá, me he sentido cautivada por el mundo de la moda. Una influencia significativa en mi sentido del estilo fue mi madre estadounidense, cuyas impecables elecciones de moda dejaron una impresión duradera en mí. La distancia y el contacto limitado después del divorcio de mis padres me llevaron a admirar su increíble sentido de la moda a través de fotos a lo largo de los años. Su colorido y audaz estilo estadounidense contrastaba con los vestidos españoles que solíamos usar en Panamá en ese momento. Mi propio interés por el estilo personal comenzó a arraigar, alimentado por innumerables horas soñando con revistas de moda.



Además, mi niñera, quien desempeñó un papel central en mi vida, tuvo un profundo impacto. Vivir con ella en Rio Hato me expuso a la astucia manual de las campesinas y al abrazo de un estilo de vida natural. Pasar temporadas en su casa me permitió sumergirme en la cultura local y las tradiciones de la vida rural. Fue en este entorno donde descubrí la alegría de coser, participar en juegos imaginativos junto con otras mujeres, creando trajes y sombreros con su máquina de coser, inspirada en las fotos de moda de mi madre y los vestidos que llevaba.



La Sastrería El Corte Inglés de mi abuelo, cual fundó en Cuba a principios de 1900 y trasladó a Panamá una decada despues, me proporcionó una perspectiva única sobre el mundo de la moda lenta desde niña. La fábrica, con rollos de tela en las paredes, los sonidos de maquinas procesando telas mas el ambiente de hombres y mujeres habilidosos operando máquinas de coser, me fascinaba. El regalo reflexivo de mi abuelo, de botones, se convirtieron en recuerdos que llevaba conmigo de cada visita. La colección de estos mini tesoros despertaban mi imaginación mientras exploraba sus colores, texturas y tamaños, imaginando las infinitas posibilidades que ofrecían.


Además, los viajes regulares de pesca y exploración de mi padre y sus amigos a San Blas me expusieron a las pilas de molas vibrantes que traían a casa. Estos intrincados textiles hechos a mano por las mujeres Kuna me cautivaron completamente de niña. Mi padre las guardaba envueltas en una tela negra en un cuarto semi oscuro de la casa para preservarlas y recuerdo pedir que me las sacaran para contarlas, categorizarlas y admirarlas. Eran los 60s, las molas eran utilizadas tradicionalmente para almohadones con fondos negros o exhibidas detrás de mesas y bandejas de vidrio. Aparte de las mismas Guna, nunca veía las molas puestas, pero como mi mundo era de hacer y crear con telas, despertaron mi creatividad mientras anhelaba usos imaginativos más allá de lo tradicional.

Otra influencia significativa en mi camino hacia el negocio de la moda provino de mi carrera como psicoterapeuta. Antes que el exilio politico forzara nuestra salida de Panamá repentina e interrumpiera mi pre adolescencia, pasé mi infancia en compañía de campesinas, experimentando un estilo de vida rústico y natural lleno de deportes al aire libre, cocina, jardinería y estrechos lazos con las mujeres. Esta conexión temprana con la vida rural me inculcó un profundo deseo de integrar estas experiencias de alguna manera en mi entorno. A menudo, cuando los terapeutas consideran trabajar fuera de su práctica, la asociación más común es con la enseñanza de conferencias o la escritura de libros. Después de un par de decadas en eso, realize que prefería una vida behind the scenes en vez de en el ojo publico. Igualmente, anhelaba como un tipo de inmersión sociológica en el campo sin saber aún como lo lograría.

Al regresar a Panamá a los 45 años, visité un proyecto agrícola cooperativo patrocinado por un cercano aliado familiar. Esta visita reavivó mi deseo de crear un espacio que combinara mi formación sociológica y mi amor por el empoderamiento de las mujeres. Inspirada a crear un proyecto a beneficio de las socias de la cooperativa agricola, fundamos Cooperativo El Nido. Una cooperativa de mujeres dedicada a la costura, celebrando la herencia panameña a través de la expresión artística y la creatividad autónoma.



En el camino desde mi infancia hasta donde me encuentro hoy, la moda ha sido más que un simple interés pasajero; se ha convertido en una pasión entrelazada con mis raíces culturales y experiencias personales. Cada hilo de influencia, desde el estilo de mi madre, las sesiones de costura con mi niñera, el negocio de telas de mi abuelo, las cautivadoras molas, y mi anhelo de integrar las experiencias campesinas, ha tejido un tapiz único que moldea mi visión de la moda y alimenta mi impulso creativo.

Al adentrarme en el mundo de la moda local panameña, llevo conmigo el espíritu de la astucia, la alegría de la creatividad y la celebración de la herencia cultural. Desde los vestidos españoles y las influencias estadounidenses hasta las creaciones hechas a mano de las campesinas y las vibrantes molas, cada elemento ha contribuido a mi amor por los estampados llamativos, los diseños innovadores y el poder de la autoexpresión a través de la ropa.

Con cada diseño que creo, rindo homenaje a las diversas influencias que me han moldeado, cerrando la brecha entre la tradición y la modernidad y mostrando la belleza de la cultura panameña a través de la moda. Cooperativo El Nido es un testimonio de la rica herencia que nutrió mi pasión, donde cada puntada representa los hilos coloridos que me conectan con mis raíces, eternamente inspirada por seguir el cautivador tapiz de mi trayectoria.

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